martes, 27 de julio de 2010

Adaptándose a lo nuevo

Finalmente fuimos al mercado de elctrónica. Está a 3km de aquí así que decidimos coger un taxi entre cuatro. Estábamos reunidos una compañera española, de Asturias; otro español, valenciano; un chico ruso de ascendencia coreana muy divertido que se conocía la geografía española gracias a los equipos de futbol, y yo. El taxi lo pagaron los dos chicos con el pretexto de que la vuelta la pagaríamos nosotras, aunque terminamos por volver en metro. Les costó 26 y noté un dato curioso en la diferencia entre los taxis de aquí y los de España. Aquí el taxi cobra por kilómetros, no por minutos, así que en las paradas largas típicas en las que uno se muerde las uñas mirando como el taxímetro sigue andando y, de hecho, parece ir más rápido, aquí uno puede relajarse y pensar en sus cosas. Otra cosa curiosa que advertí sobre los taxis es que hay muchos taxis sin licencia. Cuando salíamos del centro de electrónica varias personas con el coche parado y las puertas abiertas nos ofrecieron llevarnos. A mi me dio un poco de miedo, la verdad. Supongo que realmente hay gente que prefiere ahorrarse un par de kuai ( es la forma habitual de nombrar a los yuanes) y viajar en un taxi sin licencia. Yo personalmente preferiría ir andando… Pero no os fiéis de mi criterio pues de precavida a veces me paso a paranoica, jamás he usado un taxi como éstos y deduzco que si existen es porque hay gente que los usa sin problemas.

La zona a la que llegamos me gustó mucho y suponía un ligero contraste con la zona en la que vivimos. Había una serie de edificios “modernos” (que es como llamo yo a lo nuevo o futurista) al estilo de wallstreet. Carteles luminosos, estructuras de gran altura, mucha gente y, en general, un ambiente futurista. Pero por dentro el mercado no era lo que parecía. Supongo que todos habréis oído hablar del espíritu emprendedor de los chinos. Pasáramos por donde pasáramos nos asaltaban miles de voces llamándonos, supongo, a acercarnos a sus puestos. Andábamos buscando un diccionario electrónico que para estudiar chino puede ser más que práctico, necesario. También contaba con que aquellos aparatos contaran con garantía y otras ventajas que tenemos en España pero lo cierto es que ese mercado estaba para regatear. Aprendí más de regateo que en toda mi vida. Por fortuna los dos juerguistas (el español y el ruso) tenían mucha práctica en el asunto y me lo pasé genial con ellos. Además el ruso (le llamamos así, Ruso, aunque se llama Bladimir) le echaba muchísima cara. Nos ofrecían un diccionario de éstos por 1500 y empezamos diciendo mi frase favorita del chino “tai gui le”, es decir, demasiado caro. Pero nosotros bajábamos a 1000 porque íbamos con un poco de apuro, el ruso ponía cara seria y decía que ni hablar y marcaba en la calculadora 400 XDDDD Pues no os creáis que íba mal el chico, en un puesto en el que finalmente nos marchamos porque ya nos parecía mal regatear si no íbamos a comprar, la chica nos persiguió con la calculadora en la que nos lo ofrecía ¡por 450!

Finalmente salimos del mercado con las manos vacías y el dinero en los bolsillos, por fortuna, porque tengo entendido que en estos sitios, al ser todo tan barato, se pierde el dinero sin darse uno ni cuenta. A la salida yo insistí en comprarme una tarjeta para el móvil. Hasta la fecha no lo había hecho porque pensaba que era como en España y que si me iba con una compañía me saldría más barato pero me aclararon que aquí todos los móviles están liberados. Me hice de China telecom (creo…) y por 100 ya tenía mi tarjeta del móvil con 50 de saldo. Dato curioso, los móviles que contienen el número 4 salen más baratos porque los chinos creen que da mala suerte.

El metro de Pekín mola un montón. Es bastante parecido cualquier metro europeo aunque las diferencias están muy marcadas. Por ejemplo, el billete es como una tarjeta de plástico duro que hay que devolver a la salida, hay que pasar las mochilas por un pequeño control de seguridad y las vías están separadas del andén por unas cristaleras que sólo se abren cuando llega el tren.


Mis compañeros hablaban de salir por la noche por Sanlitun. Os preguntaréis, ¿Sanlitún es una zona de fiesta de Pekín? Bueno, siento decepcionaros, amigos míos pero Sanlitún es LA zona de fiesta de Pekín XD ¿Qué esperabais, una Moncloa, los bajos de Argüelles, Malasaña, Lavapies y demás? Parece ser que una ciudad grande no implica tener zonas muy diferentes. Por lo que me han contado, ésta LA zona de marcha es estilo western, es decir, muy nuestra y debe de estar plagada de extranjeros. Probablemente sea el único sitio donde uno pueda manejarse sin problemas en inglés, os lo contaré si algún día decido salir de marcha.

El domingo fue un día tranquilo. Aprovechando que no abren las tiendas nos quedamos en el campus estudiando y descansando de la paliza que supuso la visita a la Gran Muralla. Aquella noche de domingo sí que debí salir de fiesta. Acontecimientos inoportunos y personales me llevaron a pasar una noche terrible que en nada tenía que envidiar a mis días de gastroenteritis. Las pocas horas de sueño y los desagradables sucesos matutinos (vómitos) impidieron que aguantara las 4 horas de clase. La propia profesora me mandó a la cama al ver mi palidez. Pasé gran parte del día durmiendo y por la tarde que ya me encontraba mucho mejor, tras tomar un buen plato de arroz sin nada que me sentó de maravilla (no como a quienes me rodeaban que lo miraban con horror –para los chinos el arroz no es comida, es como el pan para nosotros, un acompañante), quedé con la compañera rusa trilingüe para que me explicara lo que habían aprendido. Estudiar juntas resultó ser una buena idea y tenemos pensado seguir haciéndolo diariamente pues resulta muy productivo. Además me invitaron ella y sus colegas a ir con ellos a hacer turismo. Sus colegas están todos en nivel C que es el más alto y por lo visto siempre hablan inglés y chino así que ¡GENIAL!

La clase del martes 27 ha sido muy interesante, al menos la mitad de la clase. Tenemos una profesora muy buena y una muy mala. La buena hace que sintamos que hemos avanzado una barbaridad porque, de hecho, yo noto los resultados en el día cuando salgo a comprar o lo que sea. La mala es terrible. Sólo habla chino, cosa buena, pero lo habla a una velocidad que ni los del grupo C. No enterarse de nada no siempre es bueno. Nosotros necesitamos tiempo para realizar 3 procesos: 1, escuchar y descifrar lo que se nos dice, 2 traducirlo mentalmente, 3 contestar a las preguntas. Ésta mujer no da tiempo. Y al final de lo rápido que iba nadie se ha enterado de nada. Además la mujer se extendía más allá del horario y no salimos hasta 10 minutos después de que sonara la campana. Yo he tenido que hacer tremendos esfuerzos para no recaer en morderme las uñas y solo tenia una idea clara en mi mente “que se calle, por favor, que se calle”. Os juro que llegado un punto en el que asumí que no podía enteder nada de lo que me decía, sólo oía un ruido estridente y chirriante. Por si alguien me va a aconsejar que hablemos con la profesora ya lo digo: lo hicimos después de la primera hora con ella y no sirvió de nada.

Hoy íbamos a ir al Templo del Cielo. Yo tenía muchísimas ganas pero aún me duran los efectos del malestar así que me he quedado en la habitación dando vueltas en la cama, estudiando y moxándome. Para los que no sepáis lo que es moxar, es un remedio de medicina china que consiste en prender una barra de moxa (originalmente artemisa, la que yo uso no sé muy bien de qué es) y acercarlo al cuerpo para calentar puntos concretos de acupuntura. No os asustéis, no me he quemado la piel, nunca me la quemo.

Así que mañana más clases y, si por fin estoy bien del todo, ¡AL PALACIO DE VERANO! Pero eso es otra historia que contaré otro día.

¡Feliz día!

树诗雨


*NOTA>COLGARÉ FOTOS EN UN FUTURO PRÓXIMO

sábado, 24 de julio de 2010

La Gran Muralla


HOY HEMOS IDO A LA GRAN MURALLA!!!!

Ahora os cuento, vayamos por partes. Ayer empezaron las clases. Estoy en el grupo A+, es decir, de los tres niveles del básico, en el de en medio. La clase empezó a las 8:00 de la mañana. En mi clase hay varios italianos, dos franceses, un coreano, y tres rusos. Mi compañera de al lado es una rusa de 20 años que habla, a parte de su idioma natal, inglés, español y estudia chino. Cuando me dijo que hablaba español no imaginé que lo haría con tantísima fluidez... Y en inglés también debe de tener un nivel alto pues lleva dos años estudiando en Inglaterra. Me dejó bastante impresionada.

Tenemos un total de 3 profesoras aunque por ahora conocemos a dos. Una es la que nos enseña vocabulario nuevo y de vez en cuando suelta alguna palabra en inglés pero sólo si nos ve muy perdidos. La otra a la que hemos conocido es la profesora de conversación y no habla ni entiende nada de inglés (me siento afortunada por ello) así que hay que esforzarse mucho en expresarse en chino y en entenderla. Lo cierto es que es muy simpática y no tiene problemas en repetir las cosas, sobre todo cuando se muestra interés.

A las 12:00 terminan las clases. El funcionamiento de los descansos es como en el instituto al que yo iba: las clases son de 50 minutos, 10 minutos de descanso entre clase y clase y a las 10 tenemos un descanso de 20 minutos. A pesar de todo, sin un buen desayuno y la comida de media mañana, no es fácil aguantar. Ya lo tengo aprendido para la próxima vez, jejeje.

A las 12 come todo el mundo por hambre y necesidad pues la cafetería cierra a las 13:00 como tarde. Los horarios de comida de aquí me gustan bastante. Lo habitual es comer entre las 11:00 y las 13:00, hora del Bazo según la Medicina Tradicional China. La cena se suele dar entre las 17:00 y las 18:00 dando tiempo suficiente al cuerpo para digerir la comida antes de dormir (a las 22:00 como tarde). No hay tanto margen de horarios como en España pero por una razón muy sencilla: aquí, por lo general, todo se hace muy deprisa y los chinos no comen: engullen. Es una de las cosas con las que me siento identificada pero incluso yo soy lenta a veces para ellos.
En un restaurante, el otro día, estuve observando a la gente mientras hablaba con mi compañera. Cada vez que miraba a una misma mesa veía a una persona diferente... La gente lo tiene muy claro: están comiendo. Ni charla ni nada hasta que se acabe el plato. Cada vez veo más claros mis orígenes chinos, jejejejeje.

La tarde transcurrió con normalidad. Estudié un rato y salí a dar una vuelta. Hubo algo que sí me llamó la atención: en los quioscos de Pekín hay revistas de artistas coreanos y japoneses, en chino, claro, pero no deja de ser fascinante (especialmente si se tiene interés en la música de esos dos países como es mi caso). También había revistas de Manga y Anime. El precio de todas las revistas está en el reverso y es de 10 cada una. Indico que está en el reverso porque hay muchos centros donde no ponen los precios a la vista para poder inventarse cualquier cosa: cuando no haya precio escrito, hay que regatear.




Hoy, 24 de Julio de 2010 hemos subido a la Gran Muralla (长城 cháng chéng). La excursión estaba programada por la universidad y era gratuita para los estudiantes (gratuita como quien dice porque la matrícula ya nos costó lo suyo...). A la Muralla se puede subir en teleférico pero yo, dos españolas más, una inglesa y un kazaho (creo que es como se llama el gentilicio de kazahistan) hemos decidido subir andando. El paseo no es largo pero sí tedioso. Al principio hay como un mercadillo de puestos para turistas donde se oyen distintos cánticos "one dollar, one dollar" o "come and see" por parte de los vendedores. Luego empieza una cuesta con escaleras con pequeños descansos a los lados con vistas impresionantes. Estamos hablando de hora y media de distancia en autobús de la universidad, es todo verde y se respira aire puro.

Estos días está haciendo mucho calor y muy húmedo. Se suda bastante y se bebe una barbaridad. A mitad de la subida ya se me había agotado el agua y, aunque aguanté bastante, tuve que recurrir a los puestos de venta de bebidas que hay a lo largo de la Gran Muralla. Es necesario regatear o te pueden cobrar 10 por una botella de agua. Yo la he conseguido por 5 y no deja de resultar caro: en la ciudad cuesta 2 como mucho.



no se ve bien porque había niebla pero la muralla continúa a lo lejos (y mucho más lejos)



Como véis, la Gran Muralla es impresionante. Era la antigua frontera con Mongolia y se construyó a modo defensivo, de comunicación (como bien representa la famosa película de Disney "Mulán" en la que encienden todas las antorchas a lo largo de la Muralla para dar la alarma), y como medio de transporte mercantil, parece ser. Está situada en lo alto de las montañas y tiene una longitud, en la actualidad, de unos 8,850km. Lo cierto es que la altura deja mucho que desear pues no habrá ni 7 metros hasta el suelo (tal vez 20 desde las torres). Ha sido restaurada y tiene nuevas incorporaciones obvias para el mundo moderno: las papeleras, el teleférico y el tobogán por el que finalmente bajamos. Efectívamente han incorporado un tobogán por 50 de precio terríblemente divertido para bajar.


Salimos de la Universidad a las 8:00 de la mañana y a las 12:30 estábamos dejando atrás aquel paisaje de maravilla al que pienso volver. Muertas de hambre llegamos al campus a las 14:00 y comimos más tarde que ningún día. Por suerte ya que se acerca la hora de la cena tengo hambre otra vez, jejeje. Son las 16:30 y no quisiera trastornar los horarios.

Hoy tal vez vayamos a ver un mercado de electrónica que no está muy lejos de aquí... pero eso ya es otra historia que será contada en otra ocasión.

¡Feliz día!

树诗雨

jueves, 22 de julio de 2010

Una ciudad que no un país

Supongo que recordaréis dónde me quedé. Me desperté a las 4 de la mañana el día 22 de Julio del 2010.

Sí, ya pasado el jetlag o lo que quedara de él, me puse en pie y me metí en el ordenador a hablar con los jóvenes amigos míos de género nerd, vamos, los que se pasan el día metidos en el ordenador. Para mi asombro el sol salió por el Este a las 5 de la mañana. No es que me sorprendiera que saliera por el Este, ya supuse que en el otro lado del planeta se mantendrían algunas de las leyes físicas básicas, pero es que a las 8 de la mañana ya tenemos una solana impresionante.

La universidad en la que vivo (BLCU, Beijing Language and Culture University) es bastante pequeña si la comparamos con el resto. La complutense de Madrid sin duda es más grande que ésta. En cambio es muy impresionante. Lo que más abunda son los edificios de residencias, creo que hay 20 edificios y algunos de 10 pisos, como el mío. El campus dispone de un gimnasio/centro de deportes de grandes dimensiones además de los campos de fútbol, baloncesto, tenis y boleibol que hay al aire libre, también tenemos un pequeño karaoke, una oficina de correos, dos cyber, una biblioteca y varias tiendas diversas, sin contar, por supuesto con los edificios de aulas que también son los edificios oficiales de la universidad. Cabe destacar sin duda la enorme diversidad de restaurantes de la que disponemos, además del comedor principal. ¡Hay un restaurante hasta en la biblioteca!

La habitación en la que yo duermo es una doble y eso la vuelve bastante amplia (calculo unos... ¿25m2? Igual es mucho pero el caso es que no es nada pequeña. Aquí tenemos un cuarto de baño con un váter, un lavabo y una "ducha" que viene siendo una alcachofa en un espacio abierto con una rejilla en el suelo y una cortinita de plástico a modo de separación entre la zona de ducha y la del váter.
El resto de la estancia es un pequeño pasillo de entrada (donde está la puerta del baño y dos pequeños armarios, uno encima del otro) y la zona de las camas. Las camas están una a cada lado del cuarto, pegando a las paredes. Entre ellas disponemos de dos mesas de estudio. También tenemos tele, aire acondicionado y nevera.
Seamos justos con ésta ciudad, hace calor pero yo no he necesitado utilizar el aire acondicionado aún. De hecho duermo abrigada con la colcha y no soy precísamente friolera. Personalmente creo que sería más práctico cerrar las ventanas y apagar el aire a condicionado que, realmente, a la larga es lo que provoca el calor.

Como iba contando, ayer tuve el examen de nivel. Básicamente era una entrevista oral con una profesora. No tardé demasiado, los nervios me impidieron hablar con fluidez (los nervios y la falta de conocimientos, claro) pero me sirvió para conocer a un filipino muy simpático que hacía el examen en el mismo aula. A la salida me encontré con una chica española que había conocido el día antes y quedamos para dar una vuelta por la ciudad.

Para que os hagáis una idea de cómo es esta ciudad, os explico un poco cómo se divide. La ciudad de Pekín tiene unas dimensiones de 16800 km2 frente a Madrid que tiene 605km2, la diferencia es abismal. Básicamente Pekin es 26 veces Madrid.
Se divide en 5 anillos de centro a fuera. Mi universidad está pasado el cuarto anillo en la parte noroeste, es decir, bastante alejada del centro. Yo deduzco, aunque aún no lo he podido comprobar, que cuanto más cerca del centro se está, hay más cosas y todo es más "elegante" por usar una palabra.

Yo quedé con la chica española y fuimos a pasear por la calle Xueyuan hacia el norte, osea, hacia el quinto anillo. Esto lo digo sólo como referencia, evidentemente es imposible llegar andando de un anillo a otro, si no imposible, bastante complicado.... supongo que todo es probar...
Hablamos de un día que habría sido soleado de no ser por la enorme nieblina que cubría la ciudad. Yo andaba buscando un centro comercial ya que tengo buenas referencias de los centros comerciales de Pekín, y encontramos 3. Uno era bastante pequeño y sólo tenía 3 plantas, otro era como dos veces Ikea de grande y de hecho lo estoy contando como 2 porque se dividía en dos partes por un puente y entramos primero en una parte y luego en la otra. Siendo complétamente franca fue un tanto decepcionante. La zona de supermercado estaba genial y era super grande y completa pero el resto era bastante triste, como un chino de los de España pero a dimensiones gigantes y medio vacío. Quiero creer que están aún en formación y sobre todo quiero creer que es así por tratarse de las "afueras" y que en el centro haya centros comerciales de los que tan bien me han hablado.
Bueno, eso sí, cada uno de estos centros tenía salas de juegos, restaurantes, bufets y karaoke, unos tenían mas cosas y otros menos pero lo cierto es que daba pie a pasar una buena tarde allí dentro.

Comimos en el bufet por 8las dos juntas y luego ya nos volvimos en autobús que nos costó 1a cada una.

Un detalle curioso: los baños públicos de por aquí no tienen taza del vater sino que hay que ponerse de cuclillas en sobre una especie de espacio de porcelana en el suelo. Y no hay papel higiénico en ninguno de ellos además de que no se pude tirar el papel al agua, pero eso como en Canarias.

La vuelta fue bastante agotadora. Habíamos tardado todo un día en recorrer un trocito de calle nada más así que al llegar nos separamos y yo me fui derecha a cenar. A las 11 me dispuse a dormir para empezar al día siguiente mi primera clase de chino... pero eso ya es otra historia que contaré en otra ocasión.

¡Feliz día!

树诗雨

El día más largo de mi vida

Mi llegada a China fue de lo más agotador. Los días previos a mi marcha fueron intensos y muy emocionales en todos los sentidos. Puede que no haya vivido tantas emociones a la vez ni en varios años juntos. Tuve poco tiempo para las vacaciones de éste verano del año 2010. Mi partida era el día 20 de Julio y el día 3 de Julio estaba acabando mi último examen con la escuela de medicina tradicional china de Madrid (MTC). Recuerdo bien aquel día de despedida con mis compañeros de clase. Fue el primero de una serie de desfases que a la larga me provocarían profundo agotamiento físico.

Aquel día era el día del partido de España contra Paraguay y lo vimos en un pequeño bar cerca de Gran Vía. Ya desde las 12 del medio día habíamos salido de clase todos juntos, tomamos unas copas y vimos el partido después de comer en un bufet libre asiático. Pero ahí no quedó la cosa, más tarde nos fuimos de fiesta y pasamos casi toda la noche en pie.

Ese lunes empezaron mis vacaciones en Madrid. Aproveché para ver a mis amigos más cercanos, ir al parque de atracciones, abusar de la piscina cuanto pudimos, salir a karaoke de fiesta, conocer a personas estupendas y disfrutar de la vida como si el mundo se acabara ese domingo. Para mucha gente el domingo acabó el mundo y me refiero a los jugadores de la selección alemana del mundial. para otros tantos aquel día se iluminó una nueva luz en sus vidas. En mi caso fue un día bastante solitario. Ni mi amigo Jos ni yo quisimos ir a un bar a ver el partido final así que nos fuimos cada uno por nuestra cuenta y tuve tiempo de pensar y de estar conmigo misma. Tan solo encendimos la televisión para ver el resultado y nos tocó tragar con la prórroga. Y sin ver a ninguna persona más, me marché para Asturias, a mi casa, a prepararme para un largo viaje.

No fue poca la tristeza ni el llanto que sufrí despidiéndome de Nirvana, mi bebé, la gatita más linda del mundo entero a quien más echo de menos... con ella no puedo hablar ni por messenger ni por skype... Y al volver a Madrid con la decisión precipitada de hacerlo 3 días antes de lo previsto para pasar un poco más de tiempo con mis amigos, aproveché como nunca el tiempo concedido.

El día 19 empieza el día más largo de mi vida. Me levanté a las 9 de la mañana para preparar mi fiesta de despedida. Una fiesta tipo campamento de verano con juegos infantiles, globos de aire y de agua y el imperdonable papel continuo en la pared para los dibujos.
Sin descanso y con fatiga fuimos a cenar al Vergel,el restaurante vegetariano de Príncipe Pío, y allí logré reunir a la mayor parte de mis seres más queridos del momento y de tiempos pasados. Mi amiga Gabi por desgracia tuvo que pasar fugazmente a despedirme en un mar de lágrimas que me hizo tomar el primer contacto con la realidad futura: me estaba despidiendo.
El tiempo que pasamos en la cena fue destacable por detalles agradables y desagradables. El servicio me decepcionó profundamente debido a lo que espero fuesen confusiones y no un intento real por parte de los camareros de sacarnos 50 euros extra. Tras un breve discurso que di con seriedad (no sé cómo lo logré)muchos de los comensales se echaron a llorar y yo empecé una larga cadena de despedidas que nos acompañó hasta el BoraBora (bar de cócteles de Ventura Rodríguez). Despedidas y llantos fueron los protagonistas de la noche.

No pude dormir ni 3 horas. Los nervios y la necesidad de hablar con Jos duraron casi todo el tiempo. Mi despertar el día 20 estuvo cargado de endorfinas liberadas por el inevitable vómito de nervios. Con pesar en el corazón y en el cuerpo partí a las 7 de la mañana para el aeropuerto. Muchas de las personas que dijeron que vendrían a despedirse de mi no pudieron por los efectos secundarios de quedarse en el bar después de mi marcha. Tan sólo Jos y Ángela pudieron acompañarme. Y ante la puerta del control de seguridad, en el último abrazo, me derrumbé complétamente.

Las horas de vuelo a Amsterdam fueron un llanto permanente. En Amsterdam pasé casi todo el día a la espera de mi siguiente vuelo ya derecho a Pekín. Despedirme de mi padre fue otra ardua tarea cargada de emociones. Mientras le abrazaba recordaba tiempos que pasé a su lado y se me removían las tripas pensando que me alejaba de él.

Cuando me quedé sóla ya en la puerta de embarque estaba asustada pero contenta. Una vez subí al Jumbo de KLM empecé a observar a mi alrededor a todos los chinos que viajaban en aquel avión y haciéndome a la idea de que aquello sería todo lo que vería a mi llegada. El viaje sin noche hacia mi "nuevo mundo" se me hizo bastante ameno. Dormí dos breves horas a trompicones, pude ver "Alice in Wonderland" en inglés subtitulado al chino cofbodriocofcof, intenté hacer un sudoku samurai que no pude acabar y obsevé el fantástico fenómeno que acabo de mencionar: el sol de medianoche. No sé si es el término correcto porque no había sol, solo claridad y un atardecer permanente cuando pasábamos por Rusia.

El capitán avisó de la llegada a Pekín y descendimos . Todos los extranjeros nos pusimos a mirar por la ventanilla y pudimos contemplar la neblina que cubría a Pekín. "Se me ha olvidado la bombona de oxígeno" pensé pero ya era tarde... Supuse que aquí las venderían a precio de agua mineral como una evidencia que debió quedar en el fiasco cuando comprobé que no.

De ninguna de las maneras me iba a ir a dormir. Hablamos de las nueve de la mañana del día 21: mi tercer día en vela. Vale que me comí 6 horas y que algo si que cabeceé pero no dejé de estar agotada.




Ya había llegado a Pekín. Una de mis maletas estaba perdida pero el aeropuerto fue muy eficiente y al día siguiente me llegó a la residencia. Cogí un taxi con las indicaciones que me había dado la universidad y empecé a notar las diferencias con mi país. Para empezar en el taxi había cinturón de seguridad pero no manera de abrochárselo. Al intentarlo recordé que Zhang Meng me había explicado que nadie se lo abrocha y que los taxistas se lo toman a mal pues es como un insulto a su confianza. Por otra parte me di cuenta de que aqui las normas tienen poco valor y tanto así las líneas de circulación. Con total naturalidad adelantó un gran trecho por el arcén y ningún coche le pitó. Me costó 150元 llegar a la universidad. Solté mis cosas y fui a arreglar los asuntos más inmediatos: el acceso a Internet (140元). Acceso como quien dice... Bueno, dejemos ese asunto. El pago de la universidad y la residencia eran también prioritarios.

Comí como los chinos a las 12 del mediodía. No tenía hambre pero me metí en un restaurante de comida internacional y me obligué a tomar un plato de arroz con cosas... que por desgracia y para mi vergüenza (odio dejar comida) se quedó a la mitad.

A las seis de la tarde por fin acabó este el más largo día de mi vida. Caí rendida a la cama/tabla de madera con sábanas y dormí plácidamente hasta las 4 de la mañana que me desperté... pero eso ya es otra historia que contaremos en otra ocasión.

Espero que lo hayais disfrutado y os sea útil. ¡Feliz día!

树诗雨